inmersiones 2015

En el actual concepto de trabajo no solo hay separación entre el/la trabajador/a y el producto de su trabajo sino también entre las personas y sus deseos.

En este escenario social en donde el control y la comunicación ocupan el centro del poder, y una vez superada la “sociedad fábrica”, cada instante de nuestra vida se hace productivo. Paradxs y empleadxs, ricxs y pobres, todxs producimos en el “espacio-tiempo” del capital porque es la sociedad entera la que produce a través de esta nueva forma de trabajo abstracto (la comunicación, el software, la publicidad, el diseño…). En este nuevo espacio se produce hasta la propia subjetividad de la gente, “se produce sociedad”.

Lxs trabajadorxs inmateriales, aquellxs que trabajan en la publicidad, en la moda, en el marketing, en la informática, (¿en el arte?), satisfacen una demanda de el/la consumidor/a y al mismo tiempo instituyen sus formas de consumo y estilos de vida.

Ante esta situación Inmersiones 2015 se pregunta por el lugar de la práctica artística en este nuevo escenario productivo, por el arte en relación al trabajo, se pregunta si el arte puede ser un espacio de resistencia o si colabora en este nuevo paradigma laboral, económico y social. Inmersiones 2015 se pregunta por el trabajo de lxs artistas, por sus mecanismos y sus objetivos; se pregunta por sus diferentes formas, aplicaciones, manifestaciones e interacciones. Inmersiones 2015 se pregunta: ¿Qué tipo de trabajo es el trabajo del arte?

Porque, por un lado, existe todavía una visión de las prácticas artísticas y culturales como un campo de la actividad social dotado de un carácter “extraordinario” con respecto al conjunto de los ámbitos del trabajo y de la vida.

Pero, por otro lado, merece la pena abordar las condiciones de precarización del trabajo cultural y artístico como un proceso de explotación económica e institucional. Se trata de pensar cómo la precariedad es, en muchos casos, una condición autoimpuesta, interiorizada, y que puede estar en una (auto) concepción de la práctica artística como excepción.

Nos vemos así ante una paradoja: el desprecio por las actuales condiciones del trabajo artístico frente a la necesidad interior que lo acciona; la depreciación del trabajo artístico (en la educación, en la vida cotidiana) frente a la lucha en que nos vemos envueltxs por mantenerlo con vida aunque sea en condiciones de auténtica precariedad.

Inmersiones2015 toma como lema “¡Abajo el trabajo!” como un rechazo al trabajo entendido como arma de control social del post capital y, a la vez, propone el arte como un lugar de resistencia (también) en el ámbito del trabajo.